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Refugio de la montaña

La vitamina N, mejor conocida como vitamina naturaleza

No es posible tomarla en un comprimido, pero sin dudas es algo que cualquier médico recetaría. La vitamina N, mejor conocida como vitamina naturaleza, no solo nos devuelve a nuestras raíces como seres humanos sino que llena de energía, estabiliza, permite liberar tensiones, sacar el estrés, mantener la salud y ayuda a volver al eje.

Hay una frase de Mahatma Gandhi que dice: “Olvidar cómo excavar la tierra y cuidar el suelo es olvidarnos de nosotros mismos”. No se equivocaba porque justamente somos parte de la naturaleza y de ahí la importancia que tiene acercarse a ella para conectarse con nuestra identidad más profunda.

Sin embargo, en las grandes ciudades, esta posibilidad se ve limitada y muchas veces en el trajín diario las personas se olvidan y alejan demasiado de aquello que las renueva y lleva a las fuentes. Para la profesora María Marta Rodríguez, a cargo del área de Ciencias Naturales y educación ambiental del Departamento de Educación de la Universidad Católica Argentina (UCA), cuando se piensa en la conexión con la naturaleza, en primer lugar hay que considerar que somos naturaleza.

Breve y efectivo
Para Gabriela González Aleman, doctora en Genética del Comportamiento y fundadora de Brainpoints (M.N. 33.343), el entorno tiene mucho que ver con el bienestar. Sin embargo, asegura que contrariamente a lo que las personas piensan no es necesario alejarse y pasar largos tiempos en contacto con la naturaleza, por ejemplo viajar a la montaña, al mar o al bosque durante quince, veinte días o más, para sentir los efectos positivos de este vínculo.

“La literatura científica tiene datos contundentes: ver verde desde una ventana, visitar un parque o una plaza o tener plantas en casa son cosas que incrementan el bienestar por representar un vínculo con la naturaleza, aunque sea simple y parezca pequeño”, aclara.

Programa de reconexión
En ese sentido, María Marta Rodríguez considera que perder la identidad natural conlleva serias consecuencias que deberían despertar alarmas y llevar a la reflexión. “Dentro de estas consecuencias, podemos encontrarnos con una vida en aceleración permanente, con biorritmos alterados producto de haber pasado de hábitos marcados por la luz del sol (día y noche) a los hábitos marcados por las agujas del reloj o de las pantallas, provocando alteraciones del sueño y hormonales que conllevan estados de ánimo fluctuantes, muchas veces ligados a la depresión o ansiedad”, explica.

En este “programa de reconexión” además del ejercicio al aire libre, pasear, caminar, jugar en las plazas, también se puede trabajar con la comunidad en la recuperación de espacios verdes, pero también incorporar conductas que se involucren con el cuidado de la naturaleza.

Exponerse al sol, fundamental para el bienestar físico y emocional
Hay que tener en cuenta que en los espacios naturales de la ciudad, las personas pueden tener un contacto directo con el sol, un gran aliado para la salud física y mental. “La exposición solar en forma responsable estimula la producción de vitamina D en la piel, la cual es un nutriente esencial para la salud ósea y la prevención de la osteoporosis.

Pero también, esta vitamina es importante para el adecuado funcionamiento de nuestro sistema inmune y la salud cardiovascular por eso la importancia de tomarse tiempo para estar al aire libre y si es en un lugar como un parque o una plaza, mejor”, explica Verónica Irei. Un ejemplo concreto de los efectos de la falta de contacto con el aire libre se ve en los adultos mayores, con una baja o nula actividad en exteriores y, consecuentemente, una inadecuada producción de vitamina D, que repercute directamente en su salud. “Promover una adecuada exposición al sol, actividades al aire libre y el contacto social es fundamental para el bienestar físico y emocional en cualquier etapa de la vida”, remata la licenciada en nutrición.

 

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El Tiempo: La vitamina que es el antídoto natural contra las tensiones y el estrés